Cinco razones por las que merece la pena apostar por los objetivos con focal fija

Cinco razones por las que merece la pena apostar por los objetivos con focal fija
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Lo confieso. Soy un fan de los objetivos con focal fija. No soy ni el único editor de Xataka Foto al que le encantan, ni mucho menos el único que les ha dedicado un post. Pero lo cierto es que hace varios años que no protagonizan una entrada, así, ellos solos, así que aquí tenéis esta.

Estoy seguro de que muchos de los que estáis leyendo estas líneas también los adoráis por las mismas razones que voy a exponer a continuación. Pero espero que aquellos lectores que aún no los habéis descubierto los veáis con otros ojos después de leer este post. Probadlos y no os arrepentiréis. Ahí van mis razones para tener al menos uno siempre a mano.

Objetivos con focal fija

Pruébalos y déjate seducir

  • Ofrecen la mejor calidad de imagen posible. La arquitectura óptica de estos objetivos ha sido diseñada expresamente para sacar el máximo partido a esa única distancia focal, por lo que suelen tener unos índices de distorsión y aberraciones cromáticas muy bajos.

  • Son más ligeros y menos voluminosos que los objetivos con zoom. Una óptica con zoom es más versátil, es evidente, pero a cambio con frecuencia nos vemos obligados a acarrear un objetivo pesado y voluminoso. Los que tienen una focal fija suelen tener una arquitectura óptica más sencilla, y, en consecuencia, en su construcción se emplea menos vidrio, por lo que su tamaño y su peso son sensiblemente más comedidos que los de las ópticas con zoom.

  • Suelen ser muy luminosos. La abertura máxima de estos objetivos suele alcanzar valores considerables, como f/1.8, f/1.4 o f/1.2, lo que nos permite no solo tomar fotografías luminosas con tiempos de exposición reducidos, sino también jugar con la profundidad de campo y el bokeh a nuestro antojo. Los desenfoques de fondo más bonitos que he podido disfrutar hasta ahora casi siempre han sido capturados con objetivos de focal fija y abertura f/1.4 o f/1.2.

  • Te obligan a esforzarte más. Así es. Como su longitud focal es fija, cuando los utilizamos no nos queda más remedio que diseñar con más calma la composición idónea para la fotografía que tenemos en mente. Y, además, debemos ingeniárnoslas para buscar el mejor encuadre sin contar con la ayuda de un zoom, lo que casi siempre nos ayuda a desarrollar nuestra técnica fotográfica.

  • Y, por último, que no menos importante, es relativamente fácil encontrar objetivos con focal fija y abertura máxima f/1.8 a precios muy asequibles. Y no de únicamente fabricantes de ópticas, sino de primeras marcas, como Canon, Nikon, Sony o Fujifilm, entre otras. Los que tienen una abertura máxima de f/1.4 o f/1.2 son sensiblemente más caros, pero si nuestro presupuesto es holgado merece la pena tenerlos en cuenta.

En este terreno no hay reglas inamovibles, y es posible que muchas personas prefieran la flexibilidad y la comodidad de un buen objetivo todoterreno con zoom, por ejemplo. Y me parece absolutamente respetable. Pero, para mí, las ópticas con focal fija tienen un encanto muy especial. ¿Qué opináis vosotros?

En Xataka Foto | Focales Fijas vs. Zoom

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