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Cinco ventajas de las cámaras fotográficas con un control manual «clásico»

Cinco ventajas de las cámaras fotográficas con un control manual «clásico»
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Las cámaras con estilo «retro» están de plena actualidad. Pero no se trata de una moda perecedera de esas que de vez en cuando surgen para revitalizar antiguas tendencias, sino de una filosofía con claras connotaciones prácticas que, si bien no gustarán a todo el mundo, resultan irresistibles para muchos aficionados y profesionales de la fotografía. Cámaras como la X-T1 de Fujifilm (cuyo análisis publicaremos muy pronto) y la Df de Nikon lo demuestran.

He utilizado la expresión «control manual clásico» en el título del post para identificar las cámaras modernas que nos permiten manipular prácticamente todos los parámetros de captura esenciales a través de diales y sin necesidad de utilizar la pantalla LCD. Esta forma de usar la cámara altera sensiblemente la experiencia del usuario, y, lo que es más importante, ofrece algunas ventajas que, en mi modesta opinión, la hace muy apetecible. Echémosles un vistazo.

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Clasicismo bien entendido

En lo que tiene que ver con el sistema de control de una cámara fotográfica no hay verdades absolutas. A unos usuarios les gusta acceder a una interfaz a través de la pantalla LCD de la cámara; otros prefieren un control lo más completo posible con diales, y algunos se decantan por las pantallas táctiles. Va en gustos. Sin embargo, las razones que voy a enumerar colocan a cámaras como la X-T1 de Fuji o la Df de Nikon entre mis preferidas, precisamente, gracias a su control clásico a través de diales. Estos son mis argumentos.

  • El control de los parámetros de exposición a través de diales (sensibilidad, velocidad de obturación, modo de disparo, compensación de la exposición, etc.) permite conocer de un solo vistazo las condiciones en que tomaremos nuestra próxima fotografía.

  • La velocidad de manipulación de cualquiera de los parámetros que he mencionado en el punto anterior es muy alta porque únicamente requiere girar un dial, y nos libera de la navegación a través de menús y la localización del parámetro adecuado. Incluso las teclas de acceso rápido suelen requerir varias pulsaciones hasta que conseguimos el efecto que buscamos.

  • Si utilizamos habitualmente los diales y el visor restringiremos mucho el uso de la pantalla LCD, lo que nos puede permitir ahorrar mucha batería (la mayor parte de las cámaras permiten apagarla si lo deseamos).

  • Los diales suelen tener un diámetro considerable, por lo que su ergonomía es mejor que la que ofrecen una pantalla LCD y unos botones habitualmente pequeños, sobre todo para personas con dedos gruesos o con alguna deficiencia visual, como la presbicia.

  • Muchas antiguas cámaras de película, profesionales y para aficionados, utilizaban diales para controlar los parámetros de exposición, por lo que las cámaras digitales afines a esta misma filosofía ofrecen una transición mucho más suave a las personas que están acostumbradas a esta forma de manipulación.

Como he defendido al principio del post, la elección del modo de control es una decisión personal que habitualmente suele ir asociada a la trayectoria de cada fotógrafo y su afinidad con la tecnología. En cualquier caso, merece la pena probar y que cada uno se quede con aquel estilo de uso que mejor se adecue a sus preferencias. No obstante, en mi opinión, este factor es tan relevante a la hora de elegir una cámara como la calidad del sensor o del objetivo, en la medida en que puede condicionar seriamente la experiencia de uso.

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