El de Android y la fotografía parece un matrimonio bien avenido, tal es así que ya tenemos hasta una cámara de Nikon movida por el sistema operativo de Google. Mientras estas extrañas uniones se consolidan en el panorama fotográfico seguiremos tirando de smartphone y las más diversas aplicaciones de cámara. Hoy hablamos de PicsArt Studio, una opción que apuesta por ofrecernos una ingente cantidad de opciones para la edición de nuestras imágenes.
La aplicación es gratuita a cambio de mostrar publicidad, algo que puede resultar molesto pero que puede desbloquearse previo paso por caja. La aplicación cuenta además con una tienda donde pueden adquirirse contenido adicional para usar en nuestras creaciones (dibujos, marcos, fondos, escenas...). La mayoría de estos extras son gratuitos y nadie echará en falta el poco material de pago.
La cámara es correcta en su funcionamiento, siendo la posterior edición de las fotografías donde la aplicación se mostrará más potente. Podremos hacer zoom, disparar la cámara trasera o frontal, aplicar filtros en directo y demás pero sin excesivos alardes.
Una vez que tenemos tomada la fotografía con la cámara de la aplicación o hayamos elegido una de la galería del teléfono o de servicios externos como picasa, flickr, facebook o dropbox pasamos a la infinidad de posibles retoques y variados y divertidos añadidos.
Los más puristas y serios podrán redimensionar la imagen, hacer recortes a mano o con formas predefinidas, cambiar tonos concretos de la imagen por otros y jugar con distintos parámetros para nosotros comunes como la saturación o la intensidad, con sus correspondientes deslizadores para variar la fuerza del efecto.
Si lo que queremos es hacer creaciones más triviales también podemos tirar de filtros prediseñados, al estilo de Instagram, o incluso practicar el arte del collage con varias fotografías y adornarlas encima con algún pequeño dibujo. Las opciones son inmensas y llevará algo de tiempo revisarlas todas. También podemos, por cierto, dibujar a mano alzada sobre un lienzo en blanco o sobre una fotografía y aplicar texto eligiendo, nuevamente, entre una importante cantidad de tipografías.
Para aprovechar al máximo la aplicación es conveniente registrarse en ella, cosa que se puede hacer fácilmente vinculando nuestra cuenta de Facebook; el motivo es que podremos navegar por entre las fotografías que suben otros usuarios y compartir las nuestras, momento en el que la aplicación coquetea con el concepto de red social también.
Es, en definitiva, una aplicación muy interesante, digna de ser probada pues las aplicaciones de cámara más que competir entre ellas, se complementan. La traducción es, salvo alguna excepción puntual, correcta y el requisito para instalarla salvable: disponer de un terminal con Android 1.6 o superior (aunque para alguna función concreta será necesario partir de Android 2.1) y algo de memoria libre porque la aplicación pesa unos 12 mb.
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