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Disparar a baja velocidad: un recurso que no deberíamos descartar

Disparar a baja velocidad: un recurso que no deberíamos descartar
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Cuando nos encontramos con una bella escena, de esas que no nos podemos resistir a capturar, y nos encontramos con unas condiciones de luz escasas tenemos varias opciones. Una de las que más habitualmente solemos descartar es disparar a baja velocidad para conseguir recoger la mayor cantidad de luz de la escena o motivo. ¿Por qué? Por el miedo a que salga la foto movida o trepitada. Algo lógico cuando se dispara a pulso por ejemplo a velocidades de 1/60 de segundo e inferiores.

Si no disponemos de un objetivo muy luminoso, ni de un trípode, si no queremos usar un valor ISO elevado y el estabilizador del cuerpo o del objetivo es insuficiente… la opción que nos queda es hacer el intento de disparar a baja velocidad e intentar movernos lo menos posible para conseguir nitidez. Pues bien, no debemos temer a esto. Nos armamos de valor, pensamos bien en la toma y con algunos sencillos consejos podemos lograr un resultado aceptable.

Sujeta la cámara con firmeza pero de forma relajada

Parece una contradicción, pero debes sujetar adecuadamente la cámara pero sin llegar a estar rígidos. Debemos agarrar bien, con la postura adecuada pero evitando tensión en los músculos. Como todo requiere práctica, pero se puede conseguir sin problema.

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Controla la respiración al disparar

Lo habitual es que contengamos la respiración en el momento de pulsar el disparador, pero lo más idóneo es conseguir que nuestro cuerpo esté relajado y para ello lo mejor es hacerlo después de expulsar el aire de nuestros pulmones. En ese instante, al exhalar podemos conseguir quedarnos muy estáticos y apenas movernos en ese instante. Pega los codos al cuerpo y conviértete en una auténtica estatua durante un segundo.

Pulsa el disparador con suavidad o usa el temporizador

Es prioritario. Es el momento en el que podemos echar a perder la toma, de que nos salga movida a pesar de todo. Hay que practicar mucho y sobre todo cogerle el punto a nuestra cámara. Saber hasta dónde hay que presionar para conseguir liberar el obturador, pero no más allá. Con la yema del índice, con mucho tacto, con extremada suavidad y con el gesto mínimo.

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Otra opción, aunque esto dependerá de la escena y el motivo, es disparar usando el temporizador. Si tenemos una captura de algo estático es buena opción. Lo programamos y tras empezar la cuenta atrás nos da tiempo a expulsar el aire y mantenernos firmes.

Busca un apoyo para la cámara

Si con las consideraciones anteriores tampoco conseguimos nuestro objetivo de disparar, por ejemplo a 1/20 de segundo, hay que buscar irremediablemente un apoyo. Cualquier punto donde apoyemos mínimamente la cámara puede valer, aunque aquí dependerá de si el encuadre que queremos lo podemos mantener. Y en última instancia busquemos un apoyo para el cuerpo, mejor si logramos una postura que no sea de pie, que es la más complicada para obtener buena estabilización.

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Para terminar solo advertir que para lograr buenas tomas a veces no basta con tener en cuenta estos puntos. Hay que practicarlo y también disparar muchas tomas para conseguir buenos resultados. A veces ni siquiera con ello se logra, pero merece la pena intentarlo y no descartar el disparo a baja velocidad.

Fotos | saturn ♄, AlphaTangoBravo / Adam Baker, Dottie Mae y mi Flickr

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