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Objetivo invertido para macrofotografía, casero y barato

Objetivo invertido para macrofotografía, casero y barato
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Si ayer fuimos capaces de montar un objetivo macro con un objetivo de microscopio, hoy vamos a ver como podemos hacer macrofotografía con un objetivo invertido. En su día ya os hablamos de la técnica de invertir un objetivo para hacer macrofotografía, pero vamos a dar un paso más, aprendiendo a fabricarnos uno con un viejo objetivo manual y practicando algunos trucos para que su uso nos resulte más sencillo.

Trabajar con un objetivo invertido nos va a proporcionar grandes aumentos y una calidad óptica excelente y el que sea manual nos va a permitir manejar a nuestro antojo el diafragma y además podremos encontrar alguno de segunda mano por un precio muy asequible. Empecemos pues.

Material necesario

Puede haber variantes, pero lo más básico que vamos a necesitar es:

  • Objetivo manual antiguo
  • Tapa del cuerpo de la cámara
  • Pegamento de dos componentes
  • Aro conversor del mismo diámetro que la rosca del objetivo, también nos sirve un filtro viejo roto aunque también es posible hacerlo sin poner ningún aro, luego lo explico con más detalle.
  • Herramientas de corte y confección: segueta y lima o lija.
materiales1.jpg

Eligiendo el objetivo

Esta es una decisión importante, ya que dependiendo de la focal que escojamos tendremos mayor o menor capacidad de aumento. Para saber el aumento que podemos conseguir podemos hacer la prueba de la regla sujetando con la mano el objetivo delante de la cámara, así estaremos seguros de si ese grado de ampliación es el que más se va a adaptar al tipo de fotografía que queremos hacer.

Un aspecto a tener en cuenta es que usando un objetivo invertido el aro de enfoque no sirve de mucho, quedando el punto de enfoque en un lugar más o menos fijo y que en función de la focal será un más o menos cercano.

Al usar el objetivo invertido su poder de ampliación es igualmente inverso, por lo que aumentará más cuanto menor focal tenga. Como ejemplo, un objetivo de 50 milímetros invertido nos da un aumento cercano al 1:1, mientras que con un 28 milímetros llegamos al 2:1.

Proceso de montaje

Ahora llega el momento de adaptar el objetivo a la cámara, para ello tenemos que unir el objetivo a la tapa. Esto podemos hacerlo de dos formas distintas que explicaremos a continuación, pero primero tenemos que hacer un agujero en la tapa de la cámara para que pase la luz. El hueco tiene que ser más grande que la lente delantera del objetivo, pero también tiene que quedar espacio para poderlo pegar.

El método más sencillo es pegar directamente la parte delantera del objetivo a la tapa de la cámara. Tiene que quedar muy firme, ya que estos objetivos pesan bastante, así que debemos pegarlo con un pegamento de dos componentes.

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El otro sistema consite en pegar un aro conversor o un filtro viejo a la tapa de la cámara, evidentemente la parte roscada del aró tiene que quedar por fuera para poder roscar el objetivo y además tiene que ser del mismo diámetro porque sino no nos servirá de nada. Lo bueno que tiene este sistema es que podemos usar la misma tapa para roscar distintos objetivos. Cada cual que opte por el sistema que más le convenza.

Pruebas

Ya tenemos nuestro objetivo bien pegado a la tapa y llega el esperado momento de las pruebas. Como siempre lo primero es ver que ampliación conseguimos y para ello vamos a aplicar el famosos método de la regla. La fotografía de la parte superior está hecha con el objetivo de 28 milímetros invertido, la ampliación que conseguimos es de 2:1 a una distancia de enfoque de 146 milímetros del plano focal. La parte inferior está hecha con el 28 milímetros invertido y tres tubos de extensión, 68 milímetros de tubos, lo cual nos da una ampliación ligeramente superior al 4:1 a una distancia del plano focal de 155 milímetros.

reglas2.jpg

Dejémonos de reglas y vamos con las pruebas al famoso ojo de mariposa criogenizada del garaje. La primera foto con el 28 invertido y la segunda añadiéndole los tres tubos de extensión. Ambas fotos son fotograma completo y sólo llevan ajuste de niveles.

invertido-f11.jpg
invertido3tubos-f16.jpg

Si comparáis estas fotos con las del objetivo de microscopio, apreciaréis un ligero aumento de calidad de la imagen. Esto es debido a que las lentes son mejores y más grandes, pero además podemos utilizar el diafragma manual del objetivo para conseguir mayor nitidez en la imagen y jugar con la profundidad de campo. La primera foto está hecha a f:11 y la segunda a f:16.

Método de trabajo

Ahora tenemos un objetivo en el que podemos controlar la abertura del diafragma de modo manual, eso es fantástico a la hora de hacer fotos con gran profundidad de campo, pero si cerramos bastante el diafragma para conseguir esa profundidad de campo, la luz que entre por el objetivo será muy limitada y nos costará bastante trabajo enfocar. Para solucionar este pequeño inconveniente hay un truco que nos será muy útil.

Primero ajustamos el diafragma a nuestro gusto. En la parte trasera del objetivo, ahora para nosostros es la delantera, habrá una palanquita que libera las palas del diafragma y nos permite abrirlo completamente para poder enfocar a plena luz.

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Una vez hayamos enfocado podemos soltar la palanquita y un muelle hará que el diafragma vuelva a la posición que teníamos prefijada. Entonces podemos disparar. Parece muy complejo pero es realmente fácil, sólo hay que practicar un poco y enseguida le tomaremos el punto.

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Bueno, pues ya tenemos otro magnífico objetivo para macros extremos por muy poco dinero y muy fácil de hacer. Ahora sólo falta ponernos a practicar para hacernos con su manejo cuanto antes y empezar a sacar fotos de cosas pequeñitas.

Fotos | Mario Ximénez

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